Slayer: XXXX
At night they Kill (1981-1985)
Por Sergio Pescador
"Ozzy es el padrino del heavy metal porque mordió la cabeza de un murciélago"
- ese tipo de aseveraciones son las que encasillan a los escuchas del metal en la categoría de débiles mentales.
"Existen los Big 4 del thrash"
Ninguna banda de heavy metal, y sus derivados, roza el éxito comercial, influencia en composiciones y relevancia a nivel masivo mundial, muy por encima de Iron Maiden o Judas Priest, de Metallica. Se puede argumentar que, desde 1991 se han alejado de su sonido original, un golpe comercial que los pone al lado de U2 o ACDC: si hay una banda que nunca se desvió de lo que es el thrash puro, son Slayer, ellos anunciaron su despedida en 2018. Pocas bandas tienen tanto peso en la escena extrema actual. Revisaremos sus trabajos cronológicamente. Origen humilde de los nativos de L.A, no provienen de Pennsylvania (Poison) o Indiana (Axl Rose), comparte agresividad con el tema de (W.A.S.P.). Su Lp que más suena a metal clásico, aún en este estado embrionario, la forma de tocar es bastante decente. "Evil has no boundaries" es parte del catecismo de Death SS y Hellhammer: no debe tomarse en vano, aunque al principio tocaran temas fantasiosos relacionados con el mal, posteriormente denunciaran al verdadero adversario: la ambición, avaricia y deseo desmedido humano; este tema tiene ganchos filosos, el coro con su apoyo grupal convence, tiene solos después de cada uno, una obvia influencia de Birmingham en el intercambio de guitarra líder; para "The Antichrist", que Sepultura o Destruction nombraran también un tema propio, después de 2 segundos, el riff esta anclado en tu mente, sus referencias satánicas y convicción, superan la imagen de caricatura y limitada habilidad instrumental de Venom; respecto a Manowar, los tópicos de magos y espadas son mencionados en "Die by the Sword": Recuerda que la guerra es innecesaria y cuesta muchas vidas inocentes de civiles, Napalm Death explica esa substancia corrosiva de donde proviene su nombre y Sodom aporta datos alarmantes respecto a Agent Orange, mientras Joey DeMaio (Manowar) juega Dungeons & Dragons, Slayer ya leen el manifiesto de Anton Szandor Lavey, guiados por la experimentada doctrina de Mercyful Fate, los solos de guitarra son excepcionales, la sección lenta media es cuando comprendes que, la ley, de hacer siempre tu voluntad por encima de todo, ha regido tu vida;
"Fight till Death" inspira a Chuck Schuldiner a crear Death, y a Tankard a escribir "Thrash 'til Death", es cuando el culto hereje es rodeado al final de "The Call of Cthulhu" (H.P. Lovecraft)
y deben resistir una batalla perdida; con "Metal Storm/Fight the Slayer" comienza tan majestuosa como Creeping Death (Metallica) siguiendo su sendero del lado izquierdo, la melodía en medio tiempo, homenajea a Saxon, siendo iluminado por Ronnie James Dio de Rainbow, cuya pezuña hendida es profunda, recuerda que existe una película llamada como la banda de un asesino en sueños, y no es Freddy, conócela; "Black Magic" tiene un inicio in crescendo, que será perfeccionado en el tema-titulo de su segundo álbum, la ventaja de contar con dos dotados guitarristas rítmico-solistas es expuesta. Mencionar que los riffs son repetitivos podría ser derogatorio, pero la simpleza juega a su favor, la letra es similar al sacerdote malvado cuyo conocimiento arcaico se revierte en la conclusión de la magnifica "The Curse of the Demon" (1957); para "Tormentor", se completa la triada de brujas invidentes de The Clash of the Titans (Ray Harryhausen) siendo las otras dos agoreras, los temas del mismo titulo de Kreator y W.A.S.P.; continua "The Last Command" que tiene la urgencia sucia y punk de Prowler (Iron Maiden) bajo un crisol de metal, con "Crionics" desafían la ciencia de volver a la vida a un sujeto congelado; el cierre con "Show no Mercy" supera a los debuts de Exodus o Vio-Lence al ellos si contar con un vocalista reconocible. 1984. Haunting the Chapel.
Igual que Flag of Hate (Kreator) o Judas (Helloween) tu labor compositiva te permite editar un ep con material inédito, "Chemical Warfare" es tan letal como Metal Militia (Metallica.), puedes visualizar las tropas destruyendo todo a su paso, con algo mas poderoso que las armas nucleares, con un giro sobrenatural, "Captor of Sin" abre con solos homenajeando a Michael Schenker, cuya influencia es patente, la letra menciona a alguien inocente que, fue elegida para ser el medio de la llegada del maligno al a Tierra, con una suerte similar a (Suicidal Tendencies) I shot the devil, cierra con "Haunting the Chapel" que es tan blasfema como Hellraiser: III - Hell on Earth, cuando PInhead no solo se mofa de la eucaristía, además posa como crucificado.
Slayer no son satánicos.
Richard Donner y Gregory Peck deberían estar en prisión. ¿Su delito? Dirigir y estelarizar, respectivamente, The Omen, 1976, película ficticia que narra el nacimiento del Anticristo. Slayer decidió cantar temas "obscuros", como Black Sabbath 15 años antes, para diferenciarse de la emergente escena glam - No puedo visualizar a Poison cantando I am The Antichrist. Si no sabes distinguir realidad y ficción remitete a nuestra guía de cine de horror, revisa nuestro estudio de sectas engañosas con (Red Velvet) y analiza denuncias a respecto. 1984. Live Undead.
1985. Hell Awaits.
Hasta el segundo lp, son lanzados por Metal Blade al lado de Sacred Reich, Armored Saint o Fates Warning, un trabajo correcto donde, a pesar de solo ser 7 canciones no suena carente; un acierto evitar temas de relleno o incompletos. "Hell Awaits" abre, siendo uno de los pocos temas que pueden igualar en maldad a el homónimo de Black Sabbath, no hay campanas, sino una invitación a unirte (join us) suena al revés, Slayer entrega una recreación del inframundo tan fría y convincente como los relatos de horror de
Montague Summers, sacerdote y erudito británico, no como los charlatanes actuales, basados en experiencias de primera mano no videos borrosos; la estructura de la canción se toma su tiempo, como un ritual detallado, logrando un tema perfecto, una vez configurado, no hay escape; para "Kill again" recordamos al genero de cine slasher, en boga esta década, pero pronto saturándose, el tema evita velocidad sin sentido, la letra es estar dentro de la mente del desequilibrado asesino en Intruder (1989); continua "At dawn they sleep", que hace lo mismo con el genero de los chupasangre, podrás buscarlos en su madriguera durante el día, pero el convencional ajo y tu himnario serán inútiles contra su arrebato de violencia, sellado con esa demostración de batería al cierre, "Praise of Death" presenta múltiples patrones rítmicos, los encumbra como lideres, narra su pesimista visión de un mundo doblegado por los muertos resucitados, no esta tan alejada de
Day of Dead (1985) donde esos antropófagos también son "Necrophiliac", que no es la versión de historietas de I love the Dead (Alice Cooper) mas bien como el repulsivo documental Caniba (2018) donde Issei Sagawa narra como devoro a una compañera de escuela; después esta "Crypts of Eternity" que es laberíntica, como la escalinata subterránea que sigue el impulsivo narrador de The Ceremony (Lovecraft) que desciende a un Seol donde el es el único humano y no debería haber testigos ajenos; para concluir esta "Hardening of the Arteries" que será preludio de los textos de estudios de disección forense de Carcass, el lp no suena incompleto, todos los temas tienen arreglos complejos bien ensayados, cerrando correctamente con un retorno a la intro, como un ouroboros, el infierno es cíclico y estas condenado a revivirlo por siempre.
Slayer...Dave Lombardo.
A pesar de la velocidad, derivada del limitado y caótico punk, el trabajo de Cozy Powell,
Clive Burr o Bill Ward, buscando estructuras mas elaboradas, ayudara al thrash a no limitarse en variedad rítmica. Ninguna ofensa a
Charlie Benante, Lars Ulrich o Gene Hoglan, pero Dave, de procedencia cubana, impregna a las baquetas de esa gracia, carisma y soltura en percusion que hizo a los emigrados de la isla unos dioses de los tambores.
Slayer no son racistas.
Si tu bajista es de Chile y tu baterista de Cuba, el que te tacha de racista, no sólo es ignorante sino estúpido. El visualizar el metal como escena clasicista es torpe también. Puedes tener el material en picture disc limitado, cassette regrabado sin títulos o mp3s, al final lo que nos vuelve hermanos del metal, es tu pasión como escucha.
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