Dream Theater - A dramatic Turn of Events
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Dream Theater - A dramatic Turn of Events
Por Sergio Pescador
Desde que iniciaron en 1989, Dream Theater ha sido una banda muy constante, nunca han pasado más de 2 años sin que nos presenten nuevo material, excepto la pausa 1994 – 1997 donde solo salió “Change of Seasons”, un EP de 1 solo track de 23 minutos. Considerando lo complicado del material que escriben, es una gran dicha saber que cada dos años habrá nuevo álbum.
En 2010 Mike Portnoy, baterista, anunciaba que dejaba la banda. Muchos pensamientos pasaron por mi cabeza cuando supe esto. Sin que suene como telenovela, es un factor muy repetitivo el que los músicos abandonen a su banda madre por “diferencias musicales”, actividades extracurriculares o simple aburrimiento. No repetiré la historia, cada uno dijo lo que le convino y es triste pero es una realidad lo complicado de las relaciones humanas.
A Dramatic Turn of Events, un título irónico, pero a la vez confirmando que, pese a lo que suceda la banda sigue.
El álbum inicia de forma muy afortunada con la épica “On The Backs Of Angels” de casi 9 minutos, canción incluso nominada al Grammy, algo no muy significativo en el mundo del metal, pero que demuestra que también la prensa masiva está escuchando.
El disco es muy melódico, no es una crítica más una observación, pero la calidad de los músicos es grandiosa. Tiene un excelente sonido, después de haber trabajado varios años con Kevin Shirley, quien le devolvió un sonido de calidad a Iron Maiden conoce a fondo a la doncella aqui desde el 2000, y auto producirse varios años, la nueva mezcla del disco con Andy Wallace (Slayer, Nirvana) quien no había trabajado con bandas de metal progresivo, le da un sonido distinto pero decente.
Mike Mangini, un prestigiado baterista de jazz-fusión, no propiamente metal, exceptuando intervenciones mas como sesionista con Annihilator, Extreme o Steve Vai, es sólido. Las canciones están bien, nada fuera de lo extraordinario, es un buen disco de metal progresivo al cual ya nos tienen acostumbrados. Tal vez las canciones podrían tener algo más de “magia” en la batería, digo esto sin sonar partidista, pero el lucimiento es de todos los miembros en Dream Theater, lo cual es una constante que sigue vigente.
La verdadera forma de disfrutarlos sin duda es en vivo, ya que los discos de Dream Theater son bastante difíciles de comprender durante las primeras escuchas, considerando que ellos componen obras completas es complicado “degustar” todo "a la primera" pero eso también tiene sus beneficios.
La edición especial incluye un DVD donde la parte más interesante es la audición del nuevo baterista, bastante informativo.
La trayectoria de Dream Theater está llena de contrastes, desde canciones acústicas de 3 minutos (1994, Silent Man) hasta excesos como los 28 min. de Octavarium. Es un club de difícil acceso, no todo mundo tiene la paciencia para tanta variedad.
Una banda debe retirarse cuando ya no tenga nada que aportar y este no es el caso.
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